Muy poco más arriba tendremos que detenernos para visitar el pukara de Copaquilla (Lat.18º24'S, Long.68º38'O 
 
Pukara de Copaquilla, del siglo XII, entre Mallku y Zapahuira.
 
y muy pronto, el tambo de Zapahuira I (Lat.18º21'S, Long.69º37'O) con sus colcas incaicas (foto), cerca del asentamiento prehispánico del tangani de Huaycuta 
 
Cerro Huaycuta, al sur y muy cerca del tambo incaico de Zapahuira, sección colcas (tambo 1).
 
y las dos chullpas (casas-tumbas o mausoleos) casi milenarias. 
 
Chullpa de barro del pukara de Zapahuira 1, cerca del cerro Huaycuta.
 
A pocos kilómetros queda Zapahuira y podemos llevar el vehículo hasta casi el lado del tambo 2. 
 
Tambo de Zapahuira 2, sector administrativo vecino al tambo 1 (sector de colcas o almacenes de depósito), desde donde los señores altiplánicos que representaban a los incas quisieron implementar un centro de control de los valles bajos. Son dos grupos de estructuras arquitectónicas separadas por corrales para albergar a las llamas de las frecuentes caravanas que recorrían el imperio al estilo de las flotas de camiones de hoy. Al fondo se adivinan las andenerías que no alcanzaron a terminarse porque llegaron los conquistadores europeos. En el módulo de la derecha estaba la kancha  principal (foto). 
 
Luego seguiríamos unos pocos kilómetros por la carretera, para desviarnos luego al oeste por el camino del aeródromo y visitar el poblado y pukara de Chapicollo (Lat.18º20'S, Long.69º36'O). No intentaremos seguir por la carretera hacia el lago Chungara, pues las visitas se apunarían y perderíamos un día entero. Mejor nos devolvemos a Zapahuira (3.350msnm) y tomamos el camino de tierra que hacia el sur lleva a Ticnamar
 
Ya habremos visto varios guanacos 
 
 
y pronto aparecerán llamas, 
 
 
bosquecillos de queñua o quewina (del quechua ”qiwiña”, Polylepis rugulosa) cerca de Chapiquiña. Su pariente, Polylepis tarapacana, es el árbol que más altura soporta en el planeta y llega hasta los 5.200msnm en el Parque Nacional Sajama de Bolivia. 
 
Arboles de queñua cerca de Chapiquiña.
 
una gran variedad de cactus, algunos con frutos comestibles más grandes que un gran puño (macza, macsa o maksa) 
 
Rumba o macza aun no madura.
 
y si tenemos suerte, de pronto se nos cruzará un pequeño rebaño de huemules o ciervos andinos (taruka). 
 
Poco antes de Chapiquiña (Lat.18°23'44'S, Long.69°32'O), pasaremos a saludar a la Sra. Lina en la hacienda Vilque y por el costado de su casa tomaremos la huella que hacia el poniente lleva al pukara de Laco Alto (Lat.18º24'S, Long.69º35'O), donde hay ruinas de un interesante poblado del Período Intermedio Tardío
 
Ruinas de Laco Alto
 
Si tiene buen estado físico, atravesaremos la quebrada, subiremos la ladera opuesta y visitaremos el hermoso pukara de Caillama, con chullpas y una vista espectacular. 
 
Pukara de Caillama. Al fondo se ven estructuras circulares del pukara de Laco Alto.
 
Ya de vuelta, aprovecharemos de pasear por tramos del Camino Inca que están a un costado de la ruta, antes de cruzar Chapiquiña. Entre ésta y Belén, nos desviaremos al poniente, entrando al valle de San Andrés para visitar el deshabitado pueblo de Pachama, el cual tiene una hermosa iglesia del siglo XVII, con coloridos frescos internos y externos del siglo XVIII. 
 
Fresco interior de la iglesia de Pachama, “coro” pintado sobre la puerta.
 
Siguiendo hacia Belén (Lat.18°28'S, Long.69°31'O), aparece una increíble cantidad de andenerías o terrazas agrícolas pequeñas, esparcidas por todas partes. 
 
Terrazas agrícolas (andenes) cerca de Belén.
 
Vale la pena quedarse en Belén algunas horas y visitar las colinas adyacentes. Ya estará oscureciendo y hay unas poco graciosas cabañas para alojar en el pueblo, pero, para impregnarnos de cordillera, recomiendo continuar unos 10km y acampar en Tojo-tojone, contra el consejo de los locales quienes le temen al lugar porque dicen que por acampar allí han desaparecido arrieros y toda su tropa. 
 
Gruta de la Virgen en el abra de Tojo-tojone, al sur de Belén.
 
Acamparemos muy cerca de un alero, de entre los cientos que hay en el lugar, donde se encontró evidencia de una de las más antiguas presencias humanas en la sierra, de hace 9.500 años. A pocos metros de nuestro campamento persiste un segmento empedrado del Camino Inca (foto). Se puede recoger algo de leña, hacer una fogata, observar estrellas fugaces y satélites, contar relatos de fantasmas y esperar que algo, alguna cosa sobrenatural o extraterrestre, le ocurra a uno aunque sea una sola vez en su vida. 
 
De madrugada, hay que devolverse unos pocos kilómetros para luego caminar menos de una hora hasta llegar al par de pukaras Incahullo-Huaihuarani (Lat.18°29'S, Long.069°32'O). 
 
Vista panorámica de Huaihuarani.
 
Su exploración demora unas 2 horas más y si Ud. es entusiasta se puede volver a Belén por el Camino “Inca”  (foto). 
 
Continuando, pasaremos Lupica de largo, pero nos detendremos en Saxamar (Lat.18°33'S, Long.69°30'O), para visitar el pukara homónimo. 
 
Pukara Saxamar. Detalle de un sector habitacional. Esta vez lo visitamos con unos cineastas que filmaban para un proyecto de la estatal Corporación de Fomento (CORFO).
 
Eso ocupará otras tres horas de caminata y de cansados estaremos muy contentos cuando lleguemos a Ticnamar (Lat.18°35'S, Long.069°30'O) y acampemos bajo un bosquecillo de eucaliptos y tal vez compremos un corderito para asarlo. Hasta podríamos regalarnos un día extra para recorrer a pie los múltiples atractivos del vecindario inmediato de Ticnamar . De no ser así, al tercer día nos espera una jornada larga. 
 
El pueblo actual no concuerda con la belleza del paraje, pero lo que queda del pueblo antiguo es digno de una visita, especialmente por la belleza exterior de su iglesia y campanario (siglo XVII o XVIII). 
 
Iglesia vieja de Ticnamar. La torre campanario se muestra en esta foto.
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Luego saldremos en dirección a Timar, entrando a un terreno plano que se llama pampa de Oxaya. Antes de desviarse hacia el oeste para empezar a bajar por la quebrada de Jiphilla, hay que virar al este y continuar unos 5km para llegar a Mullipungo y visitar sus aleros con pictografias 
 
 
Alero N° 2 de Mullipungo.
 
"Fosfenos", extrañas pictografías del alero Nº 2.
 
Combatientes, otra pictografía del alero N° 2.
 
y la trampa para burros salvajes. 
 
Pircas de la trampa para burros (”chaqu”) de Jiphilla, cerca de Ticnamar y parecida a la de Mullipungo (la que no se muestra porque es difícil de fotografiar). Los animales se atrapaban en el corral triangular del centro.
 
De allí vale la pena seguir menos de 15km hacia el este hasta Timalchaca (Lat.18º41'S, Long.69º25'O) para conocer a la pastora Aymara de quien más se ha escrito en Chile: doña Rosa Rosalía Castro. Allí conocí el año 2000 a su tierna nietecita, Nicole. 
 
La pastora Rosa Castro de Timalchaca y su nieta Nicole, quien figura en la portada de este e-book. Más sobre Nicole en este link.
 
De vuelta a la entrada de la quebrada de Jiphilla, antes de salir de la pampa de Oxaya, hay una colina hacia el oeste que muestra unas estructuras similares a las del poblado preincaico del Cerro Sombrero en Azapa: no pierda tiempo explorándolas pues son trincheras de un no tan antiguo ejercicio militar. 
 
Antes de entrar a la quebrada, una advertencia. Hasta ahora los tramos de desplazamiento a bordo del vehículo han sido muy cortos, pero hacia adelante el camino es largo, sinuoso, al principio interesante por los múltiples corrales y aleros pircados (paskanas) (foto), pero pronto se hace tedioso, atravesando dos valles, dejando atrás a los restos de un campamento militar, hasta llegar a Timar. Al comienzo aparece la segunda gran trampa para burros (Lat.18º40'S, Long.69º33'O) del sector de Ticnamar, cuya foto ya mostré. Explorarla demora más de dos horas, de manera que no nos detendremos. 
 
Timar (Lat. 18°45'S, Long.69°41'O) es un pequeño poblado de una calle enclavado en un estrecho valle, con una gran antena satelital a la entrada y una gran iglesia al fondo, detrás de la cual hay un hermoso pequeño cementerio y luego una serie de apretadas chacras famosas por la calidad de sus frutos (fotos). 
 
La iglesia y el estrecho valle de Timar
 
Ya estaremos cansados, deseando haber llegado a Codpa. En un punto intermedio se atraviesa la Quebrada de Apanza. No es mala idea combatir la flojera y detenerse para explorar los “planchones” y refugios de los antiguos agricultores y visitar una wak'a (lugar sagrado y/o ceremonial) en un zanjón cercano, con interesantes petroglifos. 
 
Petroglifos en la wak'a del zanjón, entre Ofragía y Planchones de Apanza.
 
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