Breve Descripción de la Cerámica Prehispánica de Arica
Repaso Histórico
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La cerámica ariqueña, como supongo que ocurrió en todas partes, aparece con la sedentariedad como parte de los utensilios que facilitan la vida. Con el tiempo aparecería la decoración y adquiriría importancia como ofrendas mortuorias, elementos rituales o de prestigio (regalo de los jerarcas). Obviamente, los nómades no podían cargar objetos frágiles y no absolutamente indispensables. A su vez, la sedentariedad comienza con la agricultura, actividad que empieza a tener importancia en Arica hace algo más de 3.000 años. Antes de eso, los cazadores de la sierra y los Chinchorros no elaboraban cacharros de arcilla o madera.
Se puede reconocer en la historia prehispánica de Arica a varios períodos bien claros (esquema). El primero, el de los chinchorros y cazadores de la cordillera, es el Arcaico, sin cerámica. Luego viene el Período Intermedio, durante el cual se forja la identidad andina a través de diversas modalidades socioculturales hasta el Período Tardío, que es cuando los incas consiguen una hegemonía panandina. Durante todos estos períodos, Arica se benefició de influencias culturales provenientes de la costa del sur del Perú y del Altiplano. Es durante el Período Intermedio donde se produce la gran variedad de estilos cerámicos, debido a la gran variedad de experimentos culturales de la época.
Período Intermedio
Este tiene tres etapas principales, llamadas temprano, medio y tardío.
Período Intermedio Temprano
Se confunde, al comienzo, con lo que se llama Período Formativo, queriendo decir que se está aprendiendo a vivir en comunidades estables, sedentarias, conocedoras de la agricultura, con reglas y un orden social. En otras palabras, los chinchorros se organizan y sin dejar de pescar y mariscar, se introducen al valle de Azapa para implementar su agricultura. Los primeros son los que se instalan en los pantanos de Azapa, en lo que se denomina Fase Azapa.
Unos 500 años después se establece una comunidad cerca del morro (Faldas del Morro), que es la primera en fabricar cacharros de arcilla, muy primitivos, con forma de calabazas y sin decoración. Un par de siglos después aparece otra comunidad agro-marítima, denominada El Laucho y no tardaría en organizarse una sociedad más consistente más adentro en el valle de Azapa, Alto Ramírez, la que atrae el interés de los altiplánicos y los ayudan a mejorar sus técnicas agrícolas. No hay mucho de qué hablar de la cerámica de la época, sin decoración.
Período Intermedio Medio
Lo que marca este período es la hegemonía altiplánica bajo el control del Imperio Tiwanaku y hacia el final de éste, los esfuerzos de los costeros por demostrar que ellos son los ariqueños, los dueños de esta tierra y tratan de demostrarlo con su cerámica, entre otras cosas.
El Tiwanaku decoraba su cerámica, pero sus jerarcas no se instalan en Arica, sino en Moquegua, al sur del Perú. A Arica llegan unos campesinos de menor categoría, los Cabuza, hace unos 1.500 años y con ellos aparece la primera cerámica decorada en Arica, más primitiva que la clásica del Tiwanaku. Estos altiplánicos se relacionan en forma muy estrecha con la gente de Alto Ramírez y los "convierten" en términos culturales y religiosos.
Se instalan en la parte media del Valle de Azapa, a una veintena de kilómetros de la costa, pero en ésta seguia existiendo la gente de El Laucho. Unos tres siglos después de la llegada de los cabuza, aparece una etnia de origen costero, Las Maytas, que inicialmente parece que fueron subalternos de los anteriores, pero poco a poco fueron apoderándose de los elementos culturales de Arica (el sur del Perú incluido) y terminaron creyéndose los genuinos dueños de nuestro territorio y tratando de neutralizar la dependencia del altiplano, aprovechándose de la decadencia del Tiwanaku. Esto coincide con contactos ¿políticos? entre Alto Ramírez y la población costera de El Laucho. Las Maytas tenía estrechas relaciones con Chiribaya del sur costero del Perú y tratando de alejarse de la influencia cultural del Tiwanaku, elaboran su propio estilo de decoración de sus ceramios.
Mientras tanto, en la cordillera, aparece un estilo cerámico peculiar, Charcollo, con una pasta de mala calidad y adornada sólo por burdos brochazos rojos sobre la áspera superficie de los cacharros (foto). El de ellos es un tema complejo que se describe en otra sección.
Período Intermedio Tardío
Cuando decae el Tiwanaku, aparece una moda de organizaciones sociales de reducida extensión, manifestada como "Señoríos Regionales". Entre ellos destaca Chiribaya en Perú y lo que se ha denominado Cultura Arica. Estamos en el comienzo del Siglo X.
La cerámica de Las Maytas se modifica y aparece un primer estilo propiamente ariqueño, que se denomina San Miguel, mientras en Perú persistía Chiribaya. Un par de siglos después, los ariqueños de la costa evolucionan hacia otro estilo que se denomina Gentilar, pero San Miguel no desaparece en el valle. Entretanto aparece una especie de moda que afecta a ambos estilos, Pocoma, cuya relación con éstos es compleja. Mientras tanto, la burda cerámica de Charcollo sigue apareciendo en los asentamientos. Además, la intensa interacción económica de la sierra ariqueña con el altiplano, hace que llegue hasta la cordillera cerámica de las tierras bajas y un estilo cerámico aymara denominado Chilpe, sobre el cual no aportaré detalles pues es poco atractivo. Pero ya tenemos en la sierra cerámica Charcollo, San Miguel, Pocoma, Gentilar y Chilpe.
Período Tardío
Es la época de los incas. Ellos no se establecieron en Arica, sino que nos controlaron a través de los jerarcas aymaras que obedecían a los intereses del Imperio Inca. Este tenía una cerámica muy compleja y sofisticada, pero los aymaras de la época evolucionaron desde el estilo Chilpe al denominado Saxamar, principalmente expresado en forma de escudillas con una pasta de alta calidad y pequeñas llamitas negras de adorno sobre un fondo rojo (foto). La decoración de la cerámica altiplánica de antes de los incas (Chilpe) también tenía un fondo rojo con decoración negra, por lo que lo altiplánico del Intermedio Tardío y del Tardío se ha unificado en lo que se llama tradición "negro sobre rojo". No la describiremos por ahora para no complicar más un tema difícil y porque no tienen la espectacularidad de la cerámica ariqueña.
Los incas usaban una compleja decoración policroma en sus ceramios, lo que podría llamarse "tradición cuzqueña", pero ésta es muy difícil de encontrar en Arica, porque nuestros gobernantes de entonces eran aymaras incanizados, usuarios del estilo Saxamar.
Breve Descripción de los Estilos Decorados Propiamente Ariqueños
Debe entenderse que estos estilos evolucionaron a lo largo de cientos de años y suelen existir ejemplares híbridos, por lo que de ninguna manera lo que sigue puede considerarse una descripción completa. Por otra parte, mucha gente compra reproducciones (las mejores son las del taller de Naranjo en el Poblado Artesanal) o conserva reliquias compradas a los huaqueros, por lo que parece procedente una explicación básica. Quien quiera profundizar en el tema, deberá consultar el artículo de Mauricio Uribe, "La Cerámica de Arica 40 Años Después de Dauelsberg" (Revista Chungara 31,Nº2;1999).
Cabuza
La cerámica Cabuza intenta, en el fondo, imitar al estilo más sofisticado de Tiwanaku pero con elementos propios, tanto en la decoración como en la forma (escudillas). Hay una gran variedad de tipos morfológicos: keros (vasos ceremoniales para la chicha), tazones, jarros con una típica asa angulada, escudillas, etc. No es muy espectacular, con la excepción de un jarro gemelo con dos depósitos unidos por una asa recta y una comunicación tubular e interesantes vasos-retratos con un rostro de cejas continuas, nariz aguileña, orejas prominentes y hasta bogotes y trenzas.
El color de fondo se consigue con un revestimiento rojo y llega hasta la base del objeto. La decoración es de color negro (a veces también blanco) en forma de líneas, figuras geométricas y ocasionalmente zoomorfas. Hay una especial predilección por las líneas onduladas (foto).
Maytas-Chiribaya
No vale la pena diferenciar a uno del otro. Los tipos morfológicos son jarros, cántaros de base plana o cónica (en "punta de huevo"), algunas tazas y pocas escudillas. Los vasos casi desaparecen. El fondo es un recubrimiento rojo, pero no llega hasta la base del objeto como en Cabuza. También desaparece la línea ondulada como elemento decorativo.
Los colores de la decoración son el negro y el rojo. Lo más característico son las bandas aserradas, las que persistirán en los estilos propiamente ariqueños del Intermedio Tardío. El conjunto está dominado por figuras geométricas predominantemente triangulares, dispuestas de tal manera que resalta el contraste entre los colores, como si se hubiera querido expresar el concepto de los Opuestos Complementarios que caracteriza a la Cosmovisión Andina. También hay bandas de cuadriláteros concéntricos o con su interior cuadriculado por líneas, e hileras de puntos blancos (foto).
San Miguel
Como Cabuza, también tiene una gran variedad de tipos morfológicos: keros, jarros globulares de cuello cilíndrico, cántaros de base en punta de huevo, etc. Lo más característico es su fondo creado con un revestimiento blanco o crema, inicialmente con decoración en negro y luego negro y rojo. Lo típico de la decoración son las líneas aserradas, generalmente en la parte superior del cuerpo. Son frecuentes las bandas triangulares o de cuadriláteros concéntricos en el cuello. El cuerpo está adornado por eses ("S") y por líneas anguladas ("quebradas"), de cuyos vértices salen espirales simples. En muchos ejemplares las espirales son dobles, entrelazadas ("interlocking") (foto). En etapas más tardías, acercándose a la complejidad Pocoma que también afecta a Gentilar, aparecen espacios más o menos extensos de color negro o rojo.
Pocoma
Uribe propone que este estilo es, en sus inicios, "una especie de puente entre los estilos San Miguel y Gentilar" y ciertamente hay ceramios que muestran características Pocoma en objetos clasificados como San Miguel o Gentilar. En definitiva, Uribe lo adjunta a lo Gentilar y habla del estilo Pocoma-Gentilar, con dos fases sucesivas. Ya en San Miguel era claro que los cántaros se decoraban de una manera diferente que los jarros y esta tendencia se exagera en la etapa más tardía de Pocoma-Gentilar. De hecho, lo más típicamente Pocoma son los cántaros y mates. De todas maneras, me cuesta entender las motivaciones sociales y/o culturales que explican la aparición de los parámetros propios de Pocoma.
Lo principal que aparece con Pocoma es que se deja de dar un revestimiento de color a las piezas, a diferencia de los estilos previos Cabuza, Maytas y San Miguel. La superficie bien pulida del ceramio es su color de fondo, terminando con una tradición estilística que había persistido por más de medio milenio. Los colores utilizados son el naranja, rojo y negro, los primeros ocupando amplios espacios. No describiré los motivos decorativos para no complicar esta breve explicación, limitándome a exponer un par de ejemplos originales, pues no he visto buenas reproducciones (foto). Creo que, como muchas otras singularidades de la Cultura Arica, estamos muy lejos de comprenderla.
Gentilar
Su decoración es mucho más variada y compleja que San Miguel y es difícil detallarla, particularmente cuando se combina con la estructura decorativa Pocoma. Los tipos morfológicos principales son jarros globulares con un cuello cónico invertido, en contraste con el cuello cilíndrico (o casi) de San Miguel. Los jarros pueden tener variantes de forma achatada y cilíndrica. Hay también jarros para agua globulares con base en punta de huevo.
El fondo es la misma superficie pulida del ceramio, rojo o naranja y la decoración utiliza el negro, blanco y aun el rojo sobrepuesto al fondo. Las figuras decorativas son líneas aserradas escalonadas o en forma de ondas continuas. Hay cruces, elementos circulares y "medallones" con figuras antropomorfas o de simios o felinos en su interior. Pueden haber áreas cuadriculadas, bandas de ganchos curvos o especies de espirales de ángulos rectos, aserrados en "V", triángulos entrelazados y gran variedad de otros motivos (foto).
Un Mensaje Final
Una reproducción o una pieza genuina no es sólo un adorno bonito: cuenta una historia de eventos culturales, sociales y aun políticos de nuestro pasado preincaico que han sido someramente descritos en otra sección. Por una suma razonable puede adquirir una bonita colección en el Poblado Artesanal y quién sabe si con eso se estimula a conocer nuestro peculiar pasado. Conozco a pocos coleccionistas que han delinquido comprando cacharros a los huaqueros y que comprenden lo que tienen...