El lago Titikaka es el Centro del Mundo 
 
La evidencia disponible describe a primitivos cazadores recolectores nómades que llegaron a las alturas altiplánicas hace 11-12.000 años, al término del último período glacial, cazando animales que pronto se extinguirían por la caza indiscriminada y/o los cambios climáticos del comienzo de una nueva era en la historia planetaria, el Holoceno (caballos americanos, megaterios y similares). Ignorantes en materias agrícolas, los primeros andinos debieron entonces recurrir a la caza de aves, roedores menores (foto) y auquénidos (fotos). Los últimos siguen un ciclo migratorio estacional, desde y hacia la puna altiplánica y los valles transversales, lo que, a la inversa de lo que por entonces estaba ocurriendo en las riberas del Nilo, obligó a nuestros antecesores a continuar su vida trashumante, siguiendo el desplazamiento cíclico de los auquénidos hasta que al final las domesticaron y fueron a su vez "domesticados". Cuando aparece un esbozo de agricultura, hace unos 5-6.000 años, no se limitaron a una estricta vida sedentaria como en Mesopotamia y en Mesoamérica, sino que aprovecharon los distintos pisos ecológicos de su ciclo trashumante para cultivar papas y quinua (foto) en las riberas del Titikaka y maíz, calabazas, ají y otras plantas en los valles, siguiendo una estrategia para asegurar la producción agrícola contra los eventos inesperados similar a la que utilizan los Fondos Mutuos para reducir el riesgo de la inversión bursátil. Se dice que en el altiplano se perdía el 40% de las cosechas. 
 
A diferencia del resto del mundo, donde las sociedades se iniciaron gracias a la abundancia de recursos teóricamente inextinguibles, los altiplánicos subsistieron en un ámbito particularmente hostil gracias a una estructura social austera, administrada en aras del bien común, no basada en rimbombantes e hipócritas principios éticos como en el mundo occidental, sino que obligatoriamente respetuosa del bien común y admirablemente cuidadosa de los derechos individuales pese a que, aunque nos cueste aceptarlo, a nadie se le hubiera permitido "ganarse la lotería", sublimarse de las obligaciones terrenales y convertirse en ángel regordete o enamorarse al estilo de Romeo y Julieta y desestabilizar el orden existente, en armonía con las exigencias de la Pachamama. 
 
Muy tempranamente los altiplánicos descubrieron la maravilla geológica, climática, marítima y económica que es Arica y su sierra y seguramente organizaban expediciones a la costa destinadas a conseguir alimentos y (posiblemente, dada la naturaleza humana), mujeres. Hace unos 9.000 años el "Hombre de Acha" se asentó transitoriamente cerca de la costa, donde hoy hay un vertedero de basura frente al Aeródromo El Buitre, al otro lado de la carretera. Desde allí podían cazar los guanacos que había en Azapa y (principalmente) recolectar mariscos y pescar con anzuelos de espinas de cactus en la costa marítima desde el Morro al sur. Si ellos originaron al hombre del Complejo Chinchorro (iniciado hace unos 7.000 años o más) o si éstos tuvieron un origen diferente es materia de discusión, pero lo cierto es que nuestro Hombre de Acha comparte con ellos algunas características del cráneo. 
 
Ya describimos el ”componente" cordillerano del Mundo Andino. El Complejo Chinchorro marca en Arica el inicio del "componente" andino costero arcaico, probablemente extendido a lo largo de las costas de lo que hoy es Perú y el norte de Chile, caracterizado por la relativa sedentariedad derivada de la riqueza del recurso alimentario (productos del mar, componentes del 90% de su dieta) y por la carencia de agricultura y cerámica. Eran hábiles pescadores y utilizaron anzuelos especializados, como los de concha de choro (Choromytilus chorus), cuyo brillo natural permitía pescar en las pozas sin utilizar carnada, y otros de hueso y de piedra con barbas de espina para la pesca en la playa (foto). Así capturaban lenguados, pejeperros, lisas, caballas, corvinas y hasta peces que prefieren aguas más profundas como los jureles y especies afines. Además disponían de una abundante provisión de camarones de río, moluscos de mar (locos y lapas) y bivalvos como machas y almejas. 
 
En la zona de Arica (sur del Perú actual, Azapa, Camarones, Pisagua y hasta Antofagasta), nuestros primitivos antecesores tuvieron tiempo de sobra para involucrarse en inusitadas y complejas gestiones de momificación artificial que ya han sido tratadas con cierto detalle. 
 
Pues hasta aqui hemos llegado a una gestión altiplánica solidaria, más o menos respetuosa, trashumante y poco autoritaria que induce una gestión costera de idiosincrasia peculiar pero siempre más o menos integrada al mundo altiplánico. 
 
Mientras ejercían su influencia sobre nuestras costas, los habitantes de los márgenes del Titikaka definían su propio desarrollo social, ético y económico, el cual es controlado por Tiwanaku hace unos 1.700 años. El estándar circuntitikaka significa trashumancia cíclica, ruralidad, respeto a los aportes multiétnicos, influencia cultural más que militar, respeto a las idolatrías. Paradojalmente, ellos mismos impulsan sin querer, más allá del "componente" costero o cordillerano, el otro "Ideal" andino en el norte del actual Perú, despótico, urbanista, destructor de idolatrías, más acorde con el "Ideal" occidental griego, macedonio y romano: el mundo Wari, el cual estará presente en nuestros siguientes intentos por mostrar lo que fue el Mundo Andino. No podríamos explicar lo que significó la hegemonía inca sin ellos y no podríamos entender al Mundo Andino sin los incas, pero ellos no fueron para el Mundo Andino más que lo que fueron los romanos para el Mundo Helénico. 
 
Sin embargo, el Mundo Andino --si bien puede definirse como un fenómeno cultural peculiar, con principios y costumbres comunes-- es muy complejo a causa de la multiplicidad de etnias, ámbitos ecológicos de gran diversidad en cuanto a capacidad productiva, calidad de los recursos alimentarios explotables, condiciones climáticas y estructuras sociales adaptadas al acondicionamiento geológico de los entornos disponibles. A esto se agrega su fraccionamiento ulterior en una miríada de Estados definidos por la gestión de los invasores europeos. La fórmula “Mundo_Andino = Imperio Inca” implica un profundo desconocimiento de la aventura cultural andina. 
 
En términos generales, hay dos estándares o “ideales” andinos: el derivado de la gestión circuntitikaka y el Wari-Inca del centro y norte del Perú actual (ver esquema cronológico). Arica resume en cierto modo la gestión del primero, mientras que Cuzco, Trujillo y el norte peruano en general, responden al segundo. Paracas-Nazca puede considerarse como un complejo más o menos independiente. 
 
Lo anterior pretende expresar que es difícil comprender al Mundo Andino como una gestión uniforme a lo largo del territorio que ocupó. No pudiendo describirlo en su totalidad, visualizarlo desde Arica ofrece una buena alternativa para iniciar definiciones básicas. Obviamente, si uno residiera en el norte del Perú, los detalles serían muy diferentes. 
 
La literatura disponible es abundante en lo que se refiere al “ideal” Wari-Inca. Nuestra visión desde Arica es diferente y menos conocida. 
 
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