Etnias altiplánicas hasta el Período Medio
Hace unos 11 a 12.000 años llegaron al altiplano grupos de cazadores que se alimentaban del mastodonte, caballo americano y otra megafauna que se extinguió al comienzo del Holoceno, el actual y último período geológico del planeta. Unos 5.000 años después los
Chinchorros se establecían en nuestras costas y tras milenios desaparecerían como unidad cultural, sin dejar más que sus restos mortuorios. Ese es el
Período Arcaico.
En contraste, los altiplánicos crecieron demográfica y culturalmente, siendo eventualmente “domesticados” por los auquénidos (
fotos) en un estilo de vida trashumante que, cuando los auquénidos dejaron de ser presas de caza, les permitió ampliar su influencia cultural y lazos comerciales con el actual Perú (en cierto modo influenciando la aparición de los waris), nuestras costas y valles (alaxa yungas, “valles de arriba”), el noroeste argentino y los valles bajos (manqha yungas) del otro lado de los Andes.
Se va formando así, en las vecindades del Titikaka, un conjunto de agrupaciones humanas de las cuales sabemos muy poco. Mientras algunos grupos permanecieron en “estado salvaje” cazando auquénidos, aves y roedores como vizcachas, chinchillas y chululos (
Ctenomys sp.), recolectando huevos, comiendo raíces de totora (
Typha angustifolia) y pescando en el lago y el río Desaguadero, la mayor parte aprendió a cultivar los alimentos que forman el “complejo cordillerano” de Lumbreras (tubérculos: papa, oca, mashwa y olluco (
foto) y granos: quinua y qañiwa) (
foto) y otros propios de la yungas o tierras bajas de las vertientes andinas: calabazas, maíz, ají, etc., sacando provecho de su trashumancia para explotar las posibilidades agrícolas de los distintos nichos ecológicos, siempre acompañados por sus auquénidos a título de proveedores de lana y carne (no utilizaban la leche) y bestias de carga. Eso permitió un crecimiento demográfico que necesitó ampliaciones de la ocupación territorial y mayor complejidad social.
Hace unos 4.000 años ya había en la vecindad del Titikaka sociedades pobres en bienes materiales pero que se manejaban bien en materias de agricultura y ganadería y de a poco se fue perfilando en el norte del lago la unidad sociocultural Pukara (250 a.C.-380 d.C.), la cual jugó algún rol en el desarrollo de Arica antes de la hegemonía
Tiwanaku.
Pukara es la primera sociedad capaz de conseguir un desarrollo urbano-ceremonial consistente en el norte del Titikaka, basando parte de su economía en el uso simultáneo de múltiples nichos ecológicos para complementar su producción agrícola de altura (tubérculos y
quinua y similares) con los cultivos de tierras bajas. El actual pueblo de Pukara, en el kilómetro 106 de la carretera entre Puno y Cuzco es el típico complejo urbano-ceremonial monumental de esta sociedad catalogada como “compleja”. Probablemente pioneros en la táctica de explotación de diversos nichos ecológicos, se expande hacia Moquegua inicialmente, pero también llega a Arica y el Loa hacia el occidente, Cuzco hacia el norte y Tiwanaku hacia el sur del lago, influenciando a la Fase
Alto Ramírez en Arica y tal vez también al desarrollo sociocultural de las otras regiones mencionadas
.
Siglos más, siglos menos, los altiplánicos ya ejercieron influencias culturales por nuestros lares hará unos 3.000 años y luego Pukara da un fuerte impulso a nuestra agricultura en el Período
Intermedio Temprano. Poco después de un vuelco cultural trascendente en el altiplano, llegarían a avecindarse los
Cabuza.
Ese evento trascendental que origina al Período Medio, es el establecimiento de la hegemonía Tiwanaku en la vecindad del Titikaka, ya con una estructura social con fuertes bases religiosas, bienes materiales del tipo de cerámica, templos, obras de arte megalíticas, etc. Ese evento puede situarse hace unos 1.700 años, más o menos cuando Alarico y sus visigodos saqueaban a Roma o Atila moría en estado de ebriedad en su noche de bodas.