Encomiendas y Repartimientos 
Muy poco después de que los españoles se hubieran asentado en el Cuzco, se empezaron a agotar los tesoros de oro y plata disponibles, por lo que el  desmesurado afán de enriquecimiento de éstos se enfocó hacia la principal riqueza del Mundo Andino: su fuerza laboral. Aunque pensaba implementar algún día un repartimiento general del botín territorial, Francisco Pizarro inició el sistema de las encomiendas entregando a los españoles el derecho a explotar grupos de indígenas de cierto lugar. 
 
En nuestra zona, la primera encomienda se formalizó en 1539, entregándole a su primo de 24 años, Pedro Pizarro “en el pueblo de Tácana el cacique  Istaca ... con el principal Quelopana y otro que se llama Quea” y otros grupos locales. Poco después redujo esa encomienda para entregar los indios de Ilo a Hernando de Torres, los de Arica a Lucas Martínez Vegazo y los de Tarapacá e Ilabaya a Juan de San Juan, todos ellos parte de los 46 españoles que tomaron parte de la fundación de Arequipa (Villa Hermosa) en 1540. 
 
Los indígenas encomendados debían al encomendero, por concepto de protección y adoctrinamiento, un tributo en productos, dinero o servicios. El sistema no pretendía ser permanente y al año siguiente a la muerte de Francisco Pizarro en manos de “los de Chile” (almagristas), en 1542 Carlos V prohibió con sus Nuevas Leyes la otorgación de nuevas encomiendas y ordenó el término las existentes a la muerte del encomendero. Esto enfureció a aquellos y se rebelaron con el liderazgo de Gonzalo Pizarro, llevando finalmente a la guerra civil. 
 
Las encomiendas producían beneficios sólo al encomendero. Para cubrir las necesidades estatales, se implementó paralelamente el sistema de los repartimientos, los cuales establecían el trabajo obligatorio de los indígenas de una determinada  división territorial, para labores de transporte, agricultura, minería y otros, sin retribuciones. En contraste con la encomienda, la cual implicaba dominio sobre señoríos indígenas (los cuales, como hemos establecido, no implicaban un territorio estrictamente definido), los repartimientos se referían a un espacio físico, sin consideración alguna al concepto de territorialidad ni a las identidades étnicas o sociales de los indígenas. Agréguese a esto las reducciones implementadas por el Virrey Toledo (foto) y podrá comprenderse cuán profundamente se alteró el ordenamiento social y económico del Mundo Andino indígena. Como ejemplo, citemos que estos cambios debilitaron fuertemente la autoridad de los jefes naturales de los indígenas y a la larga los españoles fueron imponiendo a indígenas de su conveniencia como autoridades de los repartimientos a cargo  de la organización del trabajo obligatorio (mit’a) y de la recolección del tributo que empezó a recaudar la Corona tras la muerte del encomendero. A ese estilo de autoridad pertenecía el Cañipa desollado por Butrón en Codpa
 
Corregimientos 
El sistema de las encomiendas llevó a abusos que sólo podían ventilarse en Lima. Para proteger a los encomendados, aunque a la larga el remedio fue peor que el mal, se ideó la división del territorio en unidades controladas por un Corregidor, sistema instaurado más de dos siglos antes en España. Esto tuvo lugar poco después de que en 1564 asumiera el mando el catedrático universitario Lope García de Castro, sin el título de Virrey tal vez por los exabruptos de García Hurtado de Mendoza y los escándalos del Virrey siguiente, el Conde de Nieva, asesinado cuando escalaba de noche el balcón de su prima-amante, casada por supuesto. 
 
El propósito era descentralizar la gestión gubernamental, judicial, recaudadora de impuestos y controlar a los encomenderos. Cuando declinó el sistema de las encomiendas, la gestión financiera más provechosa de los corregimientos se ejecutaba con el apoyo de los kurakas (caciques locales). Esta era la recaudación de los aportes de los indígenas, para repartirlo en tres estamentos: la Justicia (corregidores y empleados), las Doctrinas (curas) y el Cacicazgo. Muy ocasionalmente se separaba una fracción para el hospital local. Demasiado poder para la ética de los europeos de entonces. Poco a poco, la complicidad de estos caciques con los corregidores mermó su influencia sobre los indígenas y el sistema fue eliminado por Simón Bolívar en 1825. 
 
En 1565 se crea el Corregimiento de Arica, a cargo del portugués Francisco Rodríguez Almeyda, el cual abarcaba un amplio territorio que ulteriormente se redujo por la creación de los Corregimientos de Moquegua y Tarapacá. Este señor había acompañado a Almagro en su expedición a Chile y se quedó en Arica en 1536, habiéndose dedicado esas tres décadas a explotar las minas de plata de Huantajaya. No sé cuáles pudieron haber sido sus relaciones con el encomendero de Arica, Lucas Martínez Vegazo, quien también estuvo involucrado con la explotación de la mina durante la década de 1540. Este es un tema que despierta mi curiosidad pues, de español desprovisto de títulos y jerárquicamente sometido a don Lucas por casi tres décadas, de pronto se le nombra “Corregidor de los departamentos de Ylo, de Arica, de Tarapacá, de Pica, de Lucas Martínez Vegazo con los demás pueblos y de Tacana, Codpa y los que eran de Pedro Pizarro...”. Entregó su cargo dos años después pero continuó en Arica y se dice que aun quedan descendientes suyos en nuestra tierra. 
 
No es mi propósito describir cabalmente lo que fue la Conquista. Resumo estableciendo que la Conquista y la Colonia crearon en el Mundo Andino una crisis valórica, cultural y de identidad de proporciones indescriptibles, imponiendo una religión, un estilo de vida y una ética muy diferentes a las ancestrales y que causarían estragos y establecerían “el derecho” a felonías que persistían hasta principios del siglo XX, por lo muy menos. El conocido artista quechua contemporáneo, Jesús Urbano Rojas, creador de “cajones San Marcos” y retablos que se han expuesto en varios países, relata así lo que le enseñaron sus mayores respecto a cómo los caucásicos abusaban de la gente (runa): 
 
Obligadamente tenían que cambiar los runa porque anteriormente arrodillados tenían que hablarle al taita cura y besarle la mano y los indios tenían miedo al taita cura que lo apoyaban el varayoc, el juez y la policía cuando llegaba y el hacendado con el señor sacerdote formaban sus cofradías para agarrar a las gentes y dar órdenes quitando todas las creencias que tenían y el hacendado obligaba a los runa a obedecer al señor cura. “Si en caso ustedes no obedecen al señor padre, se les quitará sus ganados y tendrán que bajar a la hacienda a trabajar”. Entre esto, la gente de miedo tenía que aceptar lo que decía el taita cura. También el taita cura cuando llegaba a la comunidad buscaba a las jovencitas más buenamozas y tenían que ir como semaneras a su casa para que conozcan la casa de Dios y el hacendado también hacía lo mismo y se llevaba a las jóvenes a su casa y las madres iban a buscarlas pero nada y se apoyaban entre ellos el taita cura y el hacendado y muchas veces estas muchachas tenían hijos de ellos y nadie podía decir ni michi, ni quejarse... 
Como decía, el hacendado y el cura iban de acuerdo y así el hacendado iba aumentando poco a poco su hacienda y le convidaba al señor cura, al gobernador, al juez. Si yo tenía mi ganado me decía: “Esto no es tuyo, es de la hacienda” y me iba botando cada vez más arriba y más arriba y de miedo uno tenía que aceptar lo que decía”. 
 
Vaya laya de civilización que nos aportaron los europeos... 
 
Resumen analítico 
Juan van Kessel ha estudiado con detalle la situación de los aymaras en el interior de Iquique. Sus conclusiones supongo que pueden proyectarse hacia Arica, por lo que resumo lo que publicó en Diálogo Andino (10;1991). 
 
Lo que él llama “impacto desintegrador” del Mundo Andino se puede agrupar en tres parámetros: 
 
  • Imposición religiosa que produce una “derrota” de los dioses indígenas. 
  • Caída demográfica 
  • Desintegración socio-económica 
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    La caída demográfica es producto de la desintegración de las comunidades indígenas de los valles bajos y medios, por lo que ya hemos señalado. En los valles altos y en la cordillera, los ayllus se reducen a una economía local, desvinculada de su espacio de múltiples nichos ecológicos y angustiosamente dedicada a la autosuficiencia. Eran tierras que no interesaban a los “civilizados”... 
     
    En esa época el devenir del mundo aymara era inversamente proporcional al éxito empresarial de los caucásicos, por lo que la declinación de la actividad minera, el retiro de las Cajas Reales de Arica y finalmente, cuando en 1782 la administración peruana abandona a Arica y nos sume en el Período de Decadencia, los aymaras inician un (casi) siglo de relativa bonanza y se reactiva su crecimiento demográfico. En 1591 había 17.000 indígenas en Tarapacá y 21.000 en 1615. Con la crisis financiera colonial, ya suman 38.000 en 1751. El sincretismo religioso se equilibra con la recuperación de los valores andinos, los ayllus reinician vínculos de complementariedad y la identidad indígena se refuerza hasta tal punto que se hace posible el levantamiento panandino de Tupaq Amaru II y los hermanos Katari
     
    Se reinicia el deterioro de los aymaras con la consolidación de las naciones peruana, boliviana y chilena, lo que destruye la unidad territorial altiplano-valle-costa, y con la explotación del salitre que se desarrolla a mediados del siglo XIX. Un gran número de aymaras desde Camarones al sur abandonan sus tierras para emplearse en las salitreras, pues ya lo que interesaba era conseguir dinero para sustentarse, siendo imposible mantener el estilo económico-social andino. Dejan espacios rurales que son ocupados por aymaras bolivianos para generar recursos para las comunidades altiplánicas, aunque un buen número de ellos (unos 3.500) también se transforman en peones de las salitreras. Así, los 16.000 aymaras existentes en 1812 en Tarapacá, tienen un lento crecimiento demográfico hasta 25.000 en 1879 (49% de la población) y en 1985 eran sólo 27.000 (12% de la población). 
     
    La decadente bonanza termina definitivamente con los intentos de chilenización de Arica a partir de 1900. Más detalles en esa sección
     
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